Pero sinceramente, como presidente de esta tierra, si lo soy, y desde luego, como responsable político del Partido Socialista en Castilla-La Mancha, empeño mi compromiso en contribuir a mejorar la Constitución Española, y sobre todo, a mejorarla en la dirección que seguramente más ha destapado la crisis económica. Porque la crisis ha traído como consecuencia, señorías, muchas, de todo tipo, pero una evidente, y es que la gente se ha dado cuenta que la Constitución tiene dos tipos de derechos, los derechos civiles, los derechos políticos, que son más fáciles de legislar y de objetivar, y otro tipo de derechos, que muchos ciudadanos han visto huecos a lo largo de estos años de dura crisis: el derecho a la vivienda, el derecho al trabajo. Por tanto, se ha puesto de manifiesto que de los muchos cambios que se pueden operar en España, uno, para mí esencial, es que la Constitución que termina siendo objeto del mayor consenso posible en España, dando por hecho que en tanto que haya un cambio, este tiene que servir para que España de una vez por todas blinde cosas tan elementales para nosotros como la sanidad pública o la educación pública. Que no sean derechos vacíos.
Y espero que en eso podamos contar con el consenso del Partido Popular, o al menos, con lo que se escucha en los mítines en las campañas electorales. No tanto, seguramente, en la acción de Gobierno, en esta y otras comunidades autónomas. Y ya de hecho, comprometo que nosotros haremos iniciativas legislativas en orden a promover ese debate.
(…) El debate de cohesión territorial se tiene que abordar con mucha serenidad. (…) El Estado Autonómico ha ido variando a medida que ha ido consolidando competencias. (…) Y va a ser esencial en los próximos años, porque además va con retraso, el debate sobre financiación autonómica.
(…) No coincido con el planteamiento constituyente. (…) pero es verdad que cada cierto tiempo sí conviene plantearse el debate. No rehuyo el debate a una posible reforma constitucional.