Agua, motor de vida y desarrollo
Seguiremos defendiendo los intereses de las cuencas de los ríos que trascurren por Castilla-La Mancha. El río Tajo no es un río excedentario.
Las primeras aguas trasvasadas entre la cabecera del río Tajo y el río Segura datan de 1979. No obstante, el verdadero origen del trasvase Tajo-Segura puede fecharse en 1967, con la redacción del anteproyecto de la obra elaborado por Martín Mendiluce y Pliego Gutiérrez. En aquella época se decidió corregir a la caprichosa naturaleza, reordenando los recursos hídricos para adaptarlos al resto de factores geo-económicos del país. Para ello era necesario alterar la configuración natural de las cuencas hidrográficas. Con este fin se construyó el trasvase Tajo-Segura. Hasta el último año hidrológico 2021/2022 (septiembre 2022) se han trasvasado 14.062 hm3.
Los embalses de Entrepeñas y Buendía tienen una capacidad de 2.518 hm3, siendo las reservas de agua acumuladas de poco más de 400 hm3 de media en los últimos 5 años. A comienzo del año hidrológico, el 1 de enero de 2023, el agua embalsada solo representaba menos del 24% de su capacidad (597 hm3), según los datos del Boletín Hidrológico del Ministerio, donde además de analizar las reservas de agua en los embalses, se pueden comparar los caudales en los principales ríos de la España peninsular.
Debemos recalcular los caudales ecológicos para lograr un ecosistema con agua suficiente, en cantidad y calidad, que también pueda permitir el desarrollo de los municipios de la cuenca. Sin embargo, hoy en día el río Tajo en numerosas ocasiones no llega a alcanzar los caudales ecológicos exiguos establecidos actualmente por norma. Varias sentencias del Tribunal Supremo en 2019 declaran la nulidad de varios artículos de la normativa del Plan Hidrológico del Tajo donde se establecían los caudales ecológicos y mínimos de las masas de agua y obligan a que en el tercer ciclo de planificación 2021-2027 se extiendan los caudales ecológicos a todas las masas de agua del río, cumpliendo los objetivos ambientales de la cuenca.
Las acciones encaminadas a defender los intereses de Castilla-La Mancha en la cuenca del Tajo se están orientando, entre otras acciones, a limitar o eliminar los trasvases Tajo-Segura, así como a aumentar los caudales ecológicos y a buscar la participación, con voz y voto, de los municipios de la cabecera de la cuenca.
Gracias a la acción del Gobierno regional en su negociación con el Gobierno central, se han modificado las reglas de explotación del trasvase, reduciéndose el volumen máximo trasvasable del Tajo al Segura de 38 a 27 hm3 en situación de normalidad hídrica, lo cual supone que, de mantenerse en este nivel (llamado 2), podrían reducirse hasta 132 hectómetros cúbicos al año de agua trasvasada.
En el marco del tercer ciclo de planificación hidrológica 2021-2027 de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Tajo, y en el resto de cuencas, el Gobierno regional ha realizado observaciones al Esquema Provisional de Temas Importantes presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, defendiendo la necesidad de hacer compatibles la satisfacción de la demanda, con la conservación de la cantidad y calidad de los recursos hídricos y el buen estado de los ecosistemas asociados, reclamando el buen estado ecológico de todas las masas de agua.
El caudal mínimo establecido para el Tajo a su paso por Aranjuez de 8,65 m3/segundo en 2027 garantiza que a esa fecha el río cuenta con más de 17 m3/segundo a su altura por Toledo y 18 a su altura por Talavera.
El 24 de enero de 2023, el Consejo de Ministros aprobó el plan de cuenca del Tajo, estando a la espera de su publicación en el BOE.