El 24 de noviembre de 2021, en sesión conjunta del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente, se aprueba el Plan Estratégico de Salud y Medio Ambiente 2022-2026 con el respaldo unánime de todas las Comunidades Autónomas. Se trata de un plan integral que establece las actuaciones que deben realizarse para reducir el impacto sobre la salud de los principales factores ambientales y sus determinantes. Las enfermedades respiratorias, como el asma y las alergias, se atribuyen a factores ambientales como el clima y la contaminación atmosférica.
Los impactos del cambio climático sobre la salud se constatan cada día con mayor certeza. Los cambios de temperatura extrema, especialmente en episodios de olas de calor o de frío, aumentan la mortalidad. Por ello, la Estrategia de Cambio Climático de Castilla-La Mancha Horizontes 2020 y 2030 incluye distintas líneas de trabajo en el ámbito de la Salud Pública para la sensibilización de la ciudadanía en cuanto a las implicaciones que el cambio climático tiene para la salud, así como para la mitigación de las mismas, entre otros aspectos. En este sentido, la Consejería de Sanidad ha venido dando pasos en distintos marcos de actuación, tanto desde el punto de vista de la atenuación del cambio climático, como el Plan Estratégico de Ahorro y Eficiencia Energética del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, que apuesta por el consumo de energía eléctrica de fuentes cien por cien renovables para evitar emisiones de CO2 y otros gases contaminantes; o de análisis de respuesta a las consecuencias sobre la salud del cambio climático, como la puesta en marcha, en 2020, del Consejo Asesor de Enfermedades Emergentes, entre otras acciones.
De este modo, y continuando en esta línea de avanzar en su estrategia para responder a los retos en la salud pública que plantea el cambio climático, la Consejería de Sanidad ha comenzado a trabajar junto a la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para evaluar las posibles acciones a implementar en la región para responder a estos retos, apostando no solo por políticas de mitigación sino también de adaptación que permitan evitar o disminuir los daños presentes y futuros de la crisis climática en el ámbito de la salud pública.