El 17 de octubre de 2016, el presidente de Castilla-La Mancha presenta el Plan Regional de Gasificación 2016-2020, un programa con una inversión prevista superior a los 140 millones de euros y el objetivo es construir más de 1.000 kilómetros de nuevas redes de distribución, lo que significa llegar al 40% de las viviendas de las poblaciones objeto de actuación.
En noviembre de 2018, se han gasificado 18 municipios, con una inversión de 134 millones de euros, lo que supone un incremento de 51.616 puntos de suministro con un aumento de longitud de red de 623 kilómetros. Las empresas gasistas, a esa fecha, han llevado a cabo una mayor inversión en el aumento de red de suministro en municipios ya gasificados que en la ampliación de nuevos municipios.
Nos encontramos en proceso de transición hacia un nuevo modelo energético. El gas es el combustible fósil menos contaminante y una opción idónea para impulsar la transición hacia la predominancia de otras fuentes más limpias. Los recursos renovables, cada vez más competitivos, aportan también grandes beneficios tanto al medio ambiente como a la sociedad en general, y a la economía en particular. Y en este ámbito Castilla-La Mancha tiene un excelente potencial que debemos saber aprovechar.
En febrero de 2019, Castilla-La Mancha cuenta con 96 municipios canalizados con gas y 72 autorizados para la instalación. 20 nuevos municipios cuentan con gas por canalización desde que el Plan de Gasificación inició su vigencia y se espera sumar nueve más antes de que finalice 2019. Se trata de un 31 por ciento más que en el periodo 2011-2015.
En la región hay más de 280.000 puntos de suministro y 4.400 kilómetros de redes de distribución, lo que ha supuesto la generación de cerca de 1.800 puestos de trabajo desde 2016.