Para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres son necesarios unos presupuestos públicos con perspectiva de género como instrumento esencial para corregir y ajustar los desequilibrios y las desigualdades existentes en nuestra región.
Con esa finalidad, el proyecto de Ley de Presupuestos para 2024 se acompaña del correspondiente informe de impacto de género. Este análisis permite conocer el modo en que las decisiones presupuestarias afectan de manera diferente a las mujeres y a los hombres, y propicia que se revisen las decisiones de la financiación pública con el fin de garantizar que contribuyen a avanzar en materia de igualdad de género, en lugar de reforzar las desigualdades existentes. Se trata, por tanto, de una herramienta para entender y contextualizar los condicionantes sociales, culturales, económicos y políticos que favorecen la discriminación de las mujeres, y que permite encauzar las políticas públicas hacia la igualdad.
Se pueden extraer diversas conclusiones del informe de impacto de género de los Presupuestos Generales para el año 2024 entre las que destacan:
1- El continuado incremento en el número de programas presupuestarios analizados.
2- La inclusión de datos cuantitativos que clasifican el presupuesto en función de su impacto de género, un nuevo avance en el análisis que ha permitido conocer el valor de los programas presupuestarios con mayor porcentaje de impacto positivo en el cómputo total del presupuesto y, con ello, la contribución cuantitativa del gasto presupuestario a la igualdad de género. Un cálculo que apunta a que en Castilla-La Mancha más del 60 por ciento del presupuesto contribuye a la igualdad de género.
3- La existencia de un compromiso cada vez mayor con la integración del enfoque de género al presupuesto.
Asimismo, la tramitación del proyecto de Ley de Medidas Administrativas y de creación de la Agencia de Transformación Digital de Castilla-La Mancha acompaña un informe de impacto de género, destacando el potencial de dicha Agencia para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres, teniendo en cuenta la brecha digital por razón de género, que sitúa a las mujeres en una posición de desventaja en el ámbito digital.