La Directiva Europea 91/676/CEE, del Consejo, de 12 de diciembre, relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias, establece la obligación de designar como zonas vulnerables todas aquellas áreas del territorio que por escorrentía o por percolación contribuyan a la citada contaminación.
En 2011 se publica el programa de… LEER MÁS +
La Directiva Europea 91/676/CEE, del Consejo, de 12 de diciembre, relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias, establece la obligación de designar como zonas vulnerables todas aquellas áreas del territorio que por escorrentía o por percolación contribuyan a la citada contaminación.
En 2011 se publica el programa de actuación inicialmente establecido aplicable a las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrario en Castilla-La Mancha, mediante Orden de 07 de febrero, siendo necesaria actualización del mismo de forma periódica, a fin de tener en cuenta los cambios y factores no previstos en el momento de la designación anterior.
En octubre de 2020, mediante la Orden 158/2020, de 28 de septiembre, se amplía la designación de zonas vulnerables a la contaminación por nitratos de origen agrario y se modifica el programa de actuación aplicable a las zonas vulnerables designadas publicado como
anexo a la Orden de 2011.
El objeto de esta nueva normativa es corregir la contaminación causada por nitratos de origen agrario en las masas de aguas superficiales y subterráneas, así como la eutrofización de los embalses, lagos naturales y charcas, de modo que se garantice el cumplimiento de los objetivos de la Directiva 91/676/CEE del Consejo y de su norma nacional de transposición.
También, en 2021, se realiza un estudio que permite identificar el origen de la contaminación por nitratos en algunas de las zonas vulnerables declaradas en Castilla-La Mancha. Para ello, además de las analíticas convencionales, se han realizado analíticas multi-isotópicas, que permiten diferenciar las distintas fuentes de contaminación antrópicas, así como entender y evaluar los procesos de fraccionamiento que afectan a los contaminantes. Este tipo de estudios permiten actuar preventivamente contra nuevas contaminaciones, así como establecer las medidas necesarias en cada caso de manera más precisa hacia la fuente que lo origina.
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